Para el sociólogo Muñiz Sodré, el factor permanente y estabilizador en las instituciones africanas es una cosmovisión básica que ubica la fuerza del universo, el poder de realización y de transformación, en el centro del orden natural. Esta fuerza cósmica es conocida por los bantús como muntu, por los yorubas, como ashé, por los congos, como ngolo y los nyanga como karamo. En aquellas culturas animistas la energía principal, la fuerza vital, el movimiento creador, la transformación creativa es lo que mueve al mundo. La esclavitud representaba un desequilibrio fundamental de aquella energía cósmica, pero aquella energía cósmica y junto con ella, las fuerzas naturales son manipulables, transformables, abiertas al cambio por ciertos individuos para efectuar una variedad de fines. Aquella idea es lo que interpretamos como la teología de liberación.
pag 138- http://www.hiva.be/docs/rapport/R1077.pdf
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