El Kalarippayatt es un arte marcial originario del sur de la India alrededor del siglo 5 a.C. Fue institucionalizado por dos sabios eruditos en dos distintas corrientes, Shree Dev Sutri Patanjali quien impuso dentro de esta doctrina toda la parte vestibular que antecede a la formación ritualística y yóguica, y Sripada ShriVallabha, quien estableció todos los movimientos de conducta, y las formaciones estratégicas al mando de ofensiva y defensiva grupal formando las primeras filas de ejércitos de la isla de Kerala al sur de la India.
Imagen:Shree Dev Sutri Patanjali.gif
La palabra Kalaripayatu procede de dos grandes principios bélicos y espirituales:
Atma Sipahi: El espíritu manda al cuerpo.
Bura Trupachandral: El adversario es vencido retornando contra él su propia fuerza.
El Kalaripayat esta íntimamente regido por la adoración a ciertos dioses del hinduismo, tal es el caso de Kali, Chandi, y Durga, diosas que tienen fuertes simbolismos sobre actos bélicos y divinos. Épicamente se monta una relevancia metafórica en donde se marca que el kalaripayatu es la danza de una golondrina que pica desde lo alto del cielo, el tigre que lacera la piel y rasga los músculos, rompiendo huesos, y la serpiente que ondula, hipnotiza, muerde, envenena y mata.
Los antiguos Maestros de la India, que vivían en total armonía con la naturaleza, estudiaron y observaron los movimientos de numerosos animales y aprendieron de todas las criaturas vivientes sus posiciones de ataque y de defensa. De esto nació el Kalarippayatt. Este arte nació de la naturaleza y del más remoto pasado de la India, se implanta en la vida cotidiana y en la vida religiosa hasta hacer parte integrante de la sociedad medieval del Kerala. Formaba parte de la educación de los jóvenes y del entrenamiento de los guerreros y no había ningún pueblo sin Kalari (Dojo hindú donde se practica el Kalarippayatt).
Imagen:Shree Dev Sutri Patanjali.gif
La palabra Kalaripayatu procede de dos grandes principios bélicos y espirituales:
Atma Sipahi: El espíritu manda al cuerpo.
Bura Trupachandral: El adversario es vencido retornando contra él su propia fuerza.
El Kalaripayat esta íntimamente regido por la adoración a ciertos dioses del hinduismo, tal es el caso de Kali, Chandi, y Durga, diosas que tienen fuertes simbolismos sobre actos bélicos y divinos. Épicamente se monta una relevancia metafórica en donde se marca que el kalaripayatu es la danza de una golondrina que pica desde lo alto del cielo, el tigre que lacera la piel y rasga los músculos, rompiendo huesos, y la serpiente que ondula, hipnotiza, muerde, envenena y mata.
Los antiguos Maestros de la India, que vivían en total armonía con la naturaleza, estudiaron y observaron los movimientos de numerosos animales y aprendieron de todas las criaturas vivientes sus posiciones de ataque y de defensa. De esto nació el Kalarippayatt. Este arte nació de la naturaleza y del más remoto pasado de la India, se implanta en la vida cotidiana y en la vida religiosa hasta hacer parte integrante de la sociedad medieval del Kerala. Formaba parte de la educación de los jóvenes y del entrenamiento de los guerreros y no había ningún pueblo sin Kalari (Dojo hindú donde se practica el Kalarippayatt).
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